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19 de mayo de 2025
Queridos hermanos,
El 8 de mayo, el Colegio Cardenalicio de la iglesia católica romana eligió a Robert Francis Prevost, de 69 años y nacido en Chicago, como nuevo papa. Adoptó el nombre papal de León XIV. Es el primer cardenal estadounidense elegido para presidir la ICR. Es miembro de la orden religiosa agustiniana. Antes de su ascenso al papado, fue prefecto del Dicasterio de los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
En un extracto de su “bendición” en inglés, dijo: “Dios nos ama, Dios los ama a todos, ¡y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Así que, avancemos sin miedo, juntos, de la mano... Somos seguidores de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita Su luz”.
Sin embargo, cuando habló en italiano, su saludo fue completamente diferente—reveló el verdadero misterio de la religión pagana católica y demostró que tiene muy poco que ver con el verdadero Jesucristo. Note: “Hoy es el día de oración de súplica a nuestra señora de Pompeya. Nuestra madre María siempre quiere caminar a nuestro lado, permanecer cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor… Oremos juntos por esta nueva misión, por toda la iglesia, por la paz en el mundo, y pidamos a María, nuestra madre, esta gracia especial”.
Luego dirigió la oración católica habitual a María: “Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.
¡Qué blasfemia contra Dios el Padre y el verdadero Jesucristo! Esto demuestra claramente que la religión católica es, sin duda, la versión moderna del antiguo culto babilónico a Nimrod, Semíramis y Tamuz.
En verdad, Satanás quiere que su engaño atrape al mundo entero. Apocalipsis 13 muestra que casi lo logrará—“Y adoraron [el mundo entero] al dragón, quien dio su autoridad a la bestia. Y adoraron a la bestia, diciendo, “¿Quién es como la bestia? ¿Quién tiene el poder de hacer guerra contra él?” Y una boca hablando grandes cosas y blasfemias le fue dada; y autoridad le fue dada para continuar por cuarenta y dos meses” (versos 4-5).
¿Qué significa este nuevo papa para nosotros hoy? Muchos pensarán que León XIV podría ser el último papa, el "falso profeta" de Apocalipsis. Si será ese falso profeta o no, el tiempo lo dirá. La Palabra de Dios nos dice que lo sabremos por sus frutos. ¿Podrá hacer milagros e incluso hacer descender fuego del cielo? ¿Impondrá la "marca de la bestia" y hará que la gente haga imágenes de ella? Ya veremos. Si no es el último papa, ¿preparará el camino para él y para la bestia venidera? Solo el tiempo y sus frutos lo dirán.
Una cosa de la que podemos estar seguros es esta: Babilonia la Grande debe alcanzar un estado de grandeza en los tiempos finales, como vemos en Apocalipsis 17. Sabemos que esta “mujer” final—la ICR y el último papa— “montada en la Bestia” y sus diez reyes lucharán contra el regreso de Jesucristo y los santos resucitados: “Y uno de los siete ángeles que tenía los siete frascos vino y habló conmigo diciéndome, “Ven aquí; te mostraré el juicio de la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas; con quien los reyes de la tierra han cometido fornicación, y aquellos que viven en la tierra se emborracharon con el vino de su fornicación””.
Entonces me llevó en el espíritu a un lugar desolado; y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, llena de nombres de blasfemia. Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y estaba adornada con oro y perlas y piedras preciosas [los colores de la ICR]; y tenía una copa de oro en su mano, llena con abominaciones y la inmundicia de su fornicación; y a través de su frente había un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Y vi a la mujer borracha con la sangre de los santos, y con la sangre de los mártires de Jesús. Y después de verla me maravillé con gran asombro. Entonces el ángel me dijo, “¿Porque estas asombrado? Te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la lleva, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que viste era, y no es, pero está a punto de subir del abismo e ir a perdición. Y aquellos quienes habitan sobre la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, estarán asombrados cuando vean la bestia que era, pero no es, y todavía es.
Aquí está la mente que tiene sabiduría: Las siete cabezas son siete montañas sobre las cuales se sienta la mujer. Y hay siete reyes; cinco están caídos, y uno es, y el otro no ha venido aun; y cuando él haya venido, es ordenado que permanezca por un poco. Y la bestia que era, y no es, es también el octavo, y es de los siete, y va a perdición.
“Y los diez cuernos que viste son diez reyes, quienes no han recibido aún un reino, pero recibirán autoridad como reyes por una hora con la bestia. Todos estos tienen una mente, y darán su poder y autoridad a la bestia. Estos harán guerra con el Cordero, pero el Cordero los vencerá; porque Él es Señor de señores y Rey de reyes, y aquellos que están con Él son llamados, y escogidos, y fieles.”
Entonces él me dijo, “Las aguas que viste, donde se sienta la ramera, son pueblos y multitudes y naciones e idiomas. Pero los diez cuernos que viste sobre la bestia odiarán a la ramera, y la harán desolada y desnuda, y comerán su carne, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones hacer Su voluntad, y actuar con un acuerdo, y dar su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios hayan sido cumplidas. Y la mujer que viste es la gran ciudad que tiene poder real sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:1-18).
Debemos observar muchas otras cosas en profecía: El mundo en el que vivimos es exactamente como Jesús profetizó: falsos profetas, guerras, rumores de guerras, terremotos, hambruna, violencia, crimen y odio, todo en aumento sustancial. Él comparó los últimos días antes de Su regreso con los últimos días antes del Diluvio en tiempos de Noé: “Entonces como fue en los días de Noé [antes del Diluvio], así también será a la venida del Hijo de hombre” (Mateo 24:37). ¿Cómo fue entonces? “Y el SEÑOR vio que la iniquidad del hombre era grande sobre la tierra, y cada imaginación de los pensamientos de su corazón era solo el mal continuamente. …Ahora, la tierra también era corrupta delante de Dios, y la tierra estaba llena con violencia. Y Dios miró sobre la tierra, y he aquí, era corrupta—porque toda carne había corrompido sus caminos sobre la tierra” (Génesis 6:5, 11-12).
¡Suena igual que hoy! Jesús describió la causa de estas condiciones que azotan al mundo entero: “Ahora, todas estas cosas son el comienzo de dolores. Entonces los entregarán a aflicción, y los matarán; y serán odiados por todas las naciones por amor a Mi nombre. Y entonces muchos serán dirigidos al pecado, y se traicionarán unos a otros, y se odiarán unos a otros; y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos”. Luego identifica los dos grandes males detrás de todo lo malo del mundo actual: la ilegalidad y la falta de amor. Note: “Y porque la ilegalidad será multiplicada, el amor de muchos [la mayoría] se enfriará” (Mateo 24:8-12).
Primero, la ilegalidad es transgredir las leyes y los mandamientos de Dios, pues “pecado es ilegalidad” (I Juan 3:4). Segundo, el amor de muchos se enfriará. En lugar de amarse unos a otros, el odio y la malicia llenarán los corazones de las personas. El apóstol Pablo lo describe así: “tontos, desobedientes, engañados, sirviendo toda clase de lujurias y placeres, viviendo en malicia y envidia, odiosos y odiando uno al otro” (Tito 3:3).
Pablo añade esto: “Conoce también esto, que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos; porque los hombres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero, jactanciosos, orgullosos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin control propio, salvajes, despreciadores de aquellos que son buenos, traicioneros, temerarios, egoístas, amantes del placer antes que amantes de Dios; teniendo una apariencia exterior de piedad, pero negando el poder de la verdadera piedad. …siendo llevadas por toda clase de lujuria. Ellas están siempre aprendiendo pero nunca son capaces de llegar al conocimiento de la verdad.… [mientras] están parándose descaradamente contra la verdad; son hombres de mentes depravadas, reprobados con respecto a la fe” (II Timoteo 3:1-5, 6-8).
Debido a que todas estas condiciones ocurren al mismo tiempo, el mundo está siendo preparado para que Satanás el diablo engañe completamente al mundo entero (Apocalipsis 12:9). He aquí por qué vendrá este gran engaño: “Porque el misterio de ilegalidad ya está trabajando; solamente que hay uno Quien lo está restringiendo al tiempo presente hasta que surja de en medio [de Babilonia la Grande]. Y entonces el ilegal será revelado (a quien el Señor consumirá con el aliento de Su boca, y destruirá con el brillo de Su venida); aquel cuya venida está de acuerdo al trabajo interno de Satanás, con todo poder y señales y maravillas mentirosas, y con todo engaño de injusticia en aquellos que están pereciendo porque no recibieron el amor de la verdad, para que pudieran ser salvos. Y por esta razón, Dios enviará sobre ellos un engaño poderoso que les hará creer la mentira, para que puedan ser juzgados todos los que no creyeron la verdad, sino se complacieron en la injusticia” (II Tesalonicenses 2:7-12).
Debemos estar siempre atentos a los acontecimientos mundiales. Pero, aún más importante, debemos vigilar nuestra propia condición espiritual para no quedarnos dormidos cuando llegue el día del juicio final.
La Fiesta de Pentecostés—1 de junio: La Fiesta de Pentecostés llegará antes de que nos demos cuenta. Tendremos los mensajes preparados y enviados, además de estar disponibles en nuestros sitios web. Esta es la grande cosecha de las primicias, que en realidad representa la primera resurrección de todos los santos. Esto se abordará en detalle en los mensajes de la Fiesta para los días 49 y 50.
Hermanos, aunque los tiempos venideros se caracterizarán por problemas e ilegalidad—mediante el poder del Espíritu Santo—tendremos la fe y el valor que necesitamos para continuar amando y obedeciendo a Dios el Padre y a Jesucristo, a pesar de todo.
Una vez más, les agradecemos su amor y sus oraciones, así como su dedicado apoyo a la obra del ministerio—la cual está aquí para servir a los hermanos y predicar el evangelio al mundo. Oramos por ustedes todos los días. Oramos por su sanidad, su crecimiento y fortaleza espiritual, y para que sigan amando a Dios con todo su corazón, mente, alma y ser. Que el amor, la gracia y las bendiciones de Dios estén con ustedes en todo.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC
A continuación el prefacio de nuestro nuevo libro de 300 páginas, El Amor de Dios.
Este libro es un estudio profundo del amor de Dios, tal como se revela en la Biblia—desde Génesis hasta Apocalipsis. Las Sagradas Escrituras nos dicen que el ¡Dios Creador es amor! Además, el amor de Dios es eterno, porque Él es eterno, vive para siempre. Su magnífico amor se manifiesta en todo lo que ha creado y hecho—desde las galaxias más grandes del cielo hasta la más pequeña nano partícula invisible.
Pero mayor que la creación de los cielos y la tierra es la creación de la humanidad por parte de Dios. El Dios Todopoderoso, en un amor asombroso, formó personalmente a los primeros seres humanos con Sus propias manos—hechos a imagen y semejanza de Dios—Adán y Eva, hombre y mujer. Les dio todos los atributos de la vida humana para su bien—el espiritual, el físico, el mental, el emocional y todos los demás aspectos de la existencia humana. En Su gran amor, Dios creó en ellos la capacidad de reproducirse mediante una relación de amor—hijos según su especie, según su semejanza.
En una oración de asombro y admiración a Dios por Su creación de la humanidad, el rey David escribió: “Oh SEÑOR nuestro Señor, cuan excelente es Tu nombre en toda la tierra! ¡Has colocado Tu gloria sobre los cielos!… Cuando considero Tus cielos, el trabajo de Tus dedos, la luna y las estrellas las cuales has dispuesto, ¿Qué es el hombre que estás atento de él, y el hijo de hombre que cuidas de él? Porque lo has hecho un poco inferior a Dios y lo has coronado con gloria y honor.
Lo hiciste tener dominio sobre las obras de Tus manos; has puesto todas las cosas bajo sus pies: Todas las ovejas y bueyes, sí, y las bestias del campo; las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que pasa por los caminos de los mares. ¡Oh SEÑOR, nuestro Señor, cuan excelente es Tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8:1, 3-9).
Piense en esto: Dios nos ha hecho un poco inferiores a Dios mismo. Esto revela que Dios tiene algo más grande y profundamente personal para cada uno que verdaderamente se acerca a Él. Primero, Su amor y propósito para la humanidad solo se revelan en las Escrituras—la Palabra de Dios. Segundo, Dios revela su amor y propósito salvadores mediante el poder del Espíritu Santo, que otorga solo a quienes son Suyos—los verdaderos y fieles creyentes que son llamados, elegidos, bautizados y han recibido el Espíritu Santo—¡el Espíritu de la verdad!
El apóstol Pablo lo deja muy claro: “Y mi mensaje y mi predicación no fue en palabras persuasivas de sabiduría humana; más bien, fue en demostración del Espíritu y de poder; para que su fe pudiera no estar en la sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.
Ahora, nosotros hablamos sabiduría entre los maduros espiritualmente; sin embargo, no es la sabiduría de este mundo, ni de los gobernadores de este mundo, quienes están llegando a nada. Más bien, hablamos la sabiduría de Dios en un misterio, incluso la sabiduría escondida que Dios pre-ordenó antes de los siglos hacia nuestra gloria la cual ninguno de los gobernadores de este mundo ha conocido (porque si hubieran sabido, no habrían crucificado al Señor de gloria);
“Pero de acuerdo a como está escrito, “El ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman.” Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las cosas—incluso las cosas profundas de Dios.
Porque ¿quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de Dios. Ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que podamos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios; Tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales por medios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él, y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente.” (I Corintios 2:4-14).
El amor personal de Dios el Padre se expresa en uno de los versos más citados del Nuevo Testamento. Sin embargo, debido a su aparente simplicidad, cuando alguien lo lee puede pensar que lo entiende a un nivel emocional—es Juan 3:16: “Porque Dios amó tanto al mundo, que dio Su único Hijo engendrado [Jesucristo], para que todo el que crea en Él no pueda perecer, sino pueda tener vida eterna.” La palabra griega traducida como “crea” es el participio presente pisteuon, que significa “el que cree” o “el que está creyendo”. Es más que un mero reconocimiento mental o verbal, profesión o confesión. Significa “el que continuamente cree en Él”. Tal creencia es una convicción de fe continua, profunda e interna acompañada de una obediencia amorosa a Dios el Padre y a Jesucristo.
Por lo tanto, hay significados espirituales más profundos contenidos en este verso que van más allá de una simple profesión de creencia en Dios o de que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Juan el Bautista proclamó esto acerca de Jesús: “He aquí el Cordero de Dios, Quien quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29). Más tarde, Jesús dijo esto sobre Su crucifixión por venir: “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor pone Su vida por las ovejas.… Exactamente como el Padre Me conoce, Yo también conozco al Padre; y pongo Mi vida por las ovejas.… Por cuenta de esto, el Padre Me ama: porque pongo Mi vida, para que la pueda recibir de regreso otra vez. Nadie Me la quita, sino que Yo la pongo de Mí mismo. Tengo autoridad para ponerla y autoridad para recibirla de regreso otra vez. Este mandamiento recibí de Mi Padre” (Juan 10:11, 15, 17-18).
Aunque la mayoría de los predicadores cristianos tradicionales hablan del sacrificio de Jesús y del amor “incondicional” de Dios, rara vez mencionan que los creyentes también deben amar a Dios a cambio. Jesús enseña que debemos tener un amor activo y espiritual por Dios el Padre y el Hijo. Lo dejó muy claro cuando lo desafiaron a decir cuál mandamiento era el mayor. Observe Su respuesta: “Y uno de ellos, un doctor de la ley, lo cuestionó, tentándolo, y diciendo, “Maestro, ¿cuál mandamiento es el gran mandamiento en la Ley?” Y Jesús le dijo, “ ‘Amarán al Señor su Dios con todo su corazón, y con toda su alma, y con toda su mente.’ Este es el primero y más grande mandamiento” (Mateo 22:35-38). Así es como debemos amar personalmente a Dios—¡con todo nuestro ser!
Continuó mostrando que también tenemos el deber de amar a nuestro prójimo: “Y el segundo es como este: ‘Amarán a su prójimo como a ustedes mismos.’ De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los Profetas” (versos 39-40).
Antes de Su crucifixión, en la noche de Su última Pascua, Jesús amplificó nuestro amor por Él y por Dios el Padre, y el amor de Ellos por nosotros mediante el poder del Espíritu Santo. Como verán, este amor recíproco es profundo. Además, este amor recíproco es bastante condicional; no es incondicional, de modo que uno pueda vivir como desee y aun así recibir la salvación.
Jesús dijo: “Si Me aman, guarden los mandamientos—a saber, Mis mandamientos. Y Yo pediré al Padre, y Él les dará otro Consolador, para que pueda estar con ustedes a través de los siglos: Incluso el Espíritu de la verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no lo percibe, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen porque vive con ustedes, y estará dentro de ustedes.
No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes. Todavía un poco y el mundo no Me verá más; pero ustedes Me verán. Porque Yo vivo, ustedes también vivirán. En aquel día, sabrán que Yo estoy en Mi Padre, y ustedes están en Mí, y Yo estoy en ustedes.
“Aquel que tiene Mis mandamientos, y los está guardando, ese es quien Me ama; y quien Me ama será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré, y Me manifestaré Yo mismo a él.”
Judas (no Iscariote) le dijo, “Señor, ¿qué ha pasado que estás a punto de manifestarte a nosotros, y no al mundo?” Jesús respondió y le dijo, “Si alguno Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y Nosotros vendremos a él, y haremos Nuestra morada con él. Aquel que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre, Quien Me envió” (Juan 14:15-24).
A medida que avance en cada capítulo de este libro, descubrirá que la Palabra de Dios es asombrosamente profunda y trascendental—llena de verdades casi insondables. Esto es cierto incluso en un solo versículo como Juan 3:16. Descubrirá un nuevo significado para su vida al comprender verdaderamente el profundo amor de Dios por usted—y, a su vez, al aprender a mostrar un amor firme y fiel a Dios el Padre y a Jesucristo.